Al pequeño Jack Culverhouse, de sólo un año, no le gustaba que le pusieran pegamento en las uñas postizas. El 23 de septiembre de este año, estaba en brazos de la enfermera de su guardería mientras dormía, mientras ella se ocupaba de ponerle las uñas postizas. El tubo de pegamento explotó y acabó en la cara del pequeño, y en particular en sus ojos.
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La cara del bebé empezó a hincharse y sus pestañas acabaron pegadas. Tras ser trasladado al hospital, todo volvió a la normalidad y la vista del pequeño no se vio afectada. Se abrió una investigación y la guardería despidió a la mujer implicada en el incidente.


Pero la madre de Jack, Aimee, de 18 años, está considerando la posibilidad de presentar una denuncia: "Estoy enfadada y disgustada porque había depositado toda mi confianza en ellos. Puede que no le afecte a la vista, pero creo que le han traumatizado. Antes dormía toda la noche, pero ahora tiene miedo.
Una portavoz de la guardería declaró: "Actuamos inmediatamente cuando se produjo el incidente y el personal prestó al niño los primeros auxilios. Por consejo de los paramédicos, Jack fue trasladado al hospital. El miembro del personal implicado fue suspendido inmediatamente de su trabajo y, tras nuestra investigación, fue finalmente despedido".
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